jueves, 4 de noviembre de 2010

No sé por dónde empezar...

      El título que he decidido ponerle al comienzo de mi narración es precisamente el que es porque no sabría por donde comenzar, ¿por tres días antes de que empezara todo? ¿por dos horas antes? ¿por cuando me enteré yo, o por cuando comenzó realmente? lo cierto es que fue hace tantos años que lo mejor será empezar a escribir y mis entumecidos dedos le den la forma necesaria a mi relato...
      En aquellos años yo acababa de terminar mis estudios universitarios de periodismo deportivo en la universidad de  Mr. Martinville (Louisiana) y me dirigí en coche, mi reluciente coche nuevo (un Mitsubishi 3000GT del 94 ni más ni menos), hacia Hammond, lugar donde había vivido hasta los 18 con mi padres. Mi madre me insistió días antes de que no fuese solo en coche tantos quilómetros, teniendo que dormir en hoteles de carretera, que aquello era demasiado peligroso, así que llevé conmigo a Rodye, mi compañero de cuarto en el campus, lo invite a pasar el verano en mi casa, con la promesa de que en Hammond vería las más bellas tentaciones hechas mujer, así que acepto sin mucha dilación. Rodey era como yo, y como tantos otros chavales de entre veinte cuatro y veinticinco años, un mal estudiante, con la cabeza puesta en las mujeres que nos rodeaban, ambos podíamos presumir de buenas conquistas en nuestras fiestas nocturnas, pero supongo que quien no en aquellos tiempos. Yo era algo más bajo que mi compañero, moreno, de ojos verdes delgado, me entrenaba al menos tres días a la semana en el gimnasio por mi pasión a los deportes especialmente el béisbol así que no podía quejarme de mi forma física. Por su parte Rodey era algo más alto, lo cual aprovechaba en el equipo universitario de baloncesto de la universidad, castaño claro casi rubio, con una recortada barba cubriendo desde las patillas hasta el mentón, también rubia y estaba algo menos en forma, supongo que por su afición a las cervezas..
     Dejamos atrás horas de estudio, yo una novia y Rodey al menos cuatro; para cuando dejamos atrás también cientos de kilómetros, hubimos de parar a dormir en un motel de carretera, el típico que veráis en una película de terror made in USA, solo nos separaban dos días de nuestro destino.
  -Lo siento, pero sin son literas me pido la de arriba- Dijo rapidamente Rodey al bajar del coche.
  -Espera un poco, vamos a cojer habitaciones separadas. ¿De verdad crees que quiero volver a dormir en el mismo cuarto que tu?- Respondi
  -Vamos no seas timido- arqueó una ceja mientras andábamos hacia el motel, provocando me una sonrisa y un gesto de negación con la cabeza. Mientras, a nuestra izquierda caía el sol, ocultandose lentamente por el horizonte.
  

  -Habitación 45 y 200-
  -¿Porque tan separadas? no me refería a eso con dormir separados- Le dije a Rodey mientras me tendía la llave. Yo estaba apoyado en la pared a un lado de la entrada y me extraño la disposición de la habitaciones, pero rápidamente lo entendí al ver que Rodey hacia un gesto hacia el aparcamiento: sus cerca de doscientas plazas estaban ocupadas, asi que serian las dos únicas habitaciones libres. Para cuando llegué a mi habitación (hube que coger la 200, Rodey se empeño en que en la 45 había más posibilidades de ver alguna "musa" como él las llamaba) ya era noche cerrada. Dejé las maletas delante de  mi puerta y saque las llaves. Justo en ese momento, se apagaron las luces automáticas del pasillo. El motel era un edificio viejo rectangular, con una recepción en la planta baja, dos secciones separadas por el hueco de las escaleras, a un lado 20 pasillo con 5 habitaciones cada uno, al otro lado lo mismo, delante del edificio se encontraba  la explanada que hacia de aparcamiento, a la cual se accedía desde la autopista. Al ser un edificio antiguo el sistema de luces funcionaban... de forma escasamente eficiente, así que apenas me dio tiempo a llegar a mi puerta se apagaron las luces. Tendría que recurrir a la luz de la pantalla del móvil, tan socorrida muchas veces en estos casos. Saqué el móvil del bolsillo, abrí la tapa y la luz tenue de la pantalla me recordó la poca batería que me quedaba en él. Iluminé la cerradura mientras sacaba las llaves. A mi izquierda provinientes del hueco de la escalera sonaron unos pasos. Ilumine hacia allí sin habrían aún la puerta, pensando que seria otro inquilino víctima de la traicionera luz, pero la luz no era lo suficientemente fuerte, no veía mas allá de 2 metros. Los pasos se acercaron lentamente y una voz sumida en la oscuridad pregunto:
    - ¿Ahi alguien ahí?
La voz era femenina, pero no respondí. No podía.
            [Continuará]




Espero poder ir escribiendo cada pocos días, hoy no tengo mucho tiempo así que la entrada es corta, pero cuando tenga más tiempo serán con más contenido, dialogo, acción,.. y claro, daran más miedo (o eso espero) Un saludo! :)

2 comentarios:

  1. Siempre es díficil empezar, siempre es complicado organizar y ser pacientes con las miles de ideas que tenemos que dar formas ¿Pero a que relaja un montón cuando acabas?

    La verdad, es que esta muy bien. El género de terror no es mi favorito, soy muy niñato para la literatura, quizás se deba a la rutina que ya sabes que llevo, siempre anclada a esa cosa tan seria que llamamos ley.

    Pese a ello, me ha gustado y estoy deseando saber porque el chico no podía responder, y que habrá sido de su amigo en la habitación tan lejana.

    un saludo.

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  2. Me he quedado con ganar de seguir *_*

    Sigue escribiendo no hagas solo una o dos entradas y lo dejes colgado como hace todo el mundo, sigue escribiendo que por lo que parece, se te da bien :)

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